Vitoria Ironman Julio

Crónica Ironman Vitoria

Hoy queremos compartir con vosotros la experiencia de Julio Pastor Sanchís, uno de nuestros mejores atletas, en su debut en el triatlón de larga distancia en el Ironman de Vitoria 2019 celebrado este verano.

Para los que Ironman os suene solo a comics y películas de Marvel, vamos a aclarar qué es a nivel deportivo. Como os podéis imaginar por el nombre, un Ironman es una de las pruebas de resistencia más duras y exigentes a la que se puede enfrentar un deportista, se trata nada más y nada menos que de un triatlón en el que se recorren 3,8km nadando, 180km en bicicleta y 42km corriendo.

Pues bien, estas distancias que cansan solo con oírlas, fueron cubiertas por el atleta alicantino en un impresionante tiempo para un debutante de 9h07’30», marca que le llevo al segundo cajón del pódium en el grupo de edad de 25 a 29 años, y que le ha servido para conseguir una de las cotizadas plazas para el Campeonato del Mundo de Ironman que se celebrará como cada año en la isla de Kona, en Hawaii, durante el próximo mes de octubre.

Me despierto a las 4:45 de la mañana, con sensación de haber descansado bien, desayuno abundante con arroz, pasta y pan con mermelada. Llegamos 2 horas antes del comienzo de la prueba y a falta de una hora me pongo el neopreno con mucha calma y caliento 15′ en el agua con algún cambio de ritmo corto pero fuerte para activar, salgo del agua, me tomo un gel y me voy a la casilla de salida junto a 2.100 participantes, casi nada.

Salgo en un grupito de 7 personas y no me gusta el ritmo de entrada, me noto fuerte, me aparto a la derecha y decido hacer la natación a un lateral, apartado de la gente y a mi ritmo, voy adelantando y al final me quedo solo tirando de un pequeño grupo, no era mi estrategia de entrada pero en el momento decidí hacer una natación valiente y no depender de los pies de nadie.

Transición algo lenta con problemas para ponerme una zapatilla de la bici, comienzo los 180km de bici centrado en mi ritmo, mentalizándome de que el día iba a ser largo y los excesos se pagan. Empiezo cómodo sin problemas y con mucha naturalidad. En el km 106, subiendo un repecho levantado empiezo a notar asomos de pequeños calambres, bajo un poco el ritmo y me recupero de nuevo tras unos 10km. Sigo mi marcha y en el km 160 más o menos, después de un adelantamiento empiezo a notar que ya no muevo las piernas con tanta facilidad y que para mantener esos 210/220w tengo que hacer un esfuerzo extra, los podría haber mantenido pero dudo que hubiese bajado de la bici en condiciones para afrontar la maratón, así que bajo a mi ritmo recovery (191w) y me acoplo bien para ir lo más rápido posible con la menor potencia.

Segunda transición rápida y salgo con buenas piernas. El GPS empieza a perderse, a marcar ritmos raros y lo que le da la gana. Así que decido no mirar más el reloj y correr por sensaciones porque me iba a volver loco. Pues por lo visto empecé demasiado rápido y yo sin saberlo, las sensaciones en estos momentos son muy engañosas y acostumbrado a fijarme en los ritmos que marca el reloj me sentía perdido. Paso la media maratón y veo a mi hermano, me dice que voy segundo, que tengo al primero a 1′ y que voy más rápido que él, que no me calentara y que siguiese a ese ritmo que lo pillaba. Sigo a la marcha pero pasados los 25km los cuádriceps empiezan a doler en cada impacto y bajo el ritmo, levantando menos las rodillas para no sufrir tanto impacto, las fuerzas ya empiezan a ir justitas. En el km 30 la rodilla me da un aviso de latigazo, bajo considerablemente el ritmo porque dudaba de mis capacidades para acabar. Me quito de la cabeza lo de ir a por el primero, vuelvo a ver a mi hermano en el km treinta y algo y me dice que el primero ha hecho cambio de ritmo fuerte, que me olvide de él y que al tercero le sacaba 5′, que disfrutara y que nos veíamos en la meta (se ve que luego se le actualizó la app de seguimiento y vió que otro chico me pisaba los talones), así que me relajo e intento disfrutar a pesar del dolor extremo de cuádriceps. Yo ya confiado en que tenía mi segunda plaza asegurada, los dos últimos avituallamientos los paso andando bebiendo Coca-Cola, isotónica y agua con calma. Llego a la línea de meta y veo a mi hermano, lo celebro con la idea de hacer los últimos metros andando, mientras doy el salto me hace un gesto diciéndome: ¡¡CORRE CORRE NO TE PARES!! yo no entendía nada pero al final entré corriendo. Luego me contó que quedé 2° por 3 escasos segundos y que si llego a entrar andando pierdo la segunda plaza (hubiese perdido la clasificación para Hawaii ya que sólo se clasificaban los 2 primeros) .

Ironman Vitoria Julio

Además de mi satisfacción con el resultado de la carrera, estoy muy contento porque a pesar del sufrimiento, en ningún momento se me pasó por la cabeza retirarme ni dejar de correr. Fui fuerte de mente y para mi es el punto más positivo de todos.

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